martes, 8 de febrero de 2011

Crónicas de Transilvania

Capítulo I.
Diario de Markus Hass.

12 de Mayo de 1198.
Paso de Tihuta, Transilvania.
Hoy hemos visitado al consejo de ancianos del pueblo más cercano. Desgraciadamente para ellos Alexandru decidió formar parte de la comitiva “diplomática” y ha mostrado de nuevo una total falta de discreción. Los lugareños nos llevaron a una choza donde se reunía el consejo. Tras presentarles nuestras exigencias de tributo y mano de obra, eran algo reticentes a cumplir nuestros deseos hasta que se hubieran cerciorado de que el futuro señor del castillo les acogiera en caso de ataque de los hombres del este. Mientras les convencíamos de que necesitaban protección, Alexandru estalló. Su Bestia se rebeló ante los viejos campesinos y perdió el control lanzándose contra los consejeros. Antes de que los matara pude agarrarle por la espalda, inmovilizándole gracias a la potencia característica de mi sangre. Por desgracia Alexandru mostró sus colmillos mientras siseaba y rugía y los campesinos acurrucados comenzaron a señalarle mientras gritaban “¡Monstruo! ¡Monstruo!”. Con un suspiro me di cuenta de que si contaban lo que habían visto ningún pueblerino de los alrededores trabajaría para nosotros por lo que con un encogimiento de hombros liberé a Alexandru de mi presa y dejé que se lanzase contra los consejeros. Para cuando llegaron los pocos guardias del pueblo, Alexandru había matado a todos los testigos y había recuperado finalmente la compostura. Los guardias huyeron y salimos de la tienda. Alexandru se dirigió a todo el pueblo diciéndoles que habían sido castigados por la arrogancia de su consejo y que nos llevaríamos todas sus provisiones a la torre. Sólo comerían aquellos que fuesen a trabajar en la construcción del castillo.

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